Envejecido sobre lías durante 7 años, este cuvée Blanc de Blancs Vintage es el resultado de un ensamblaje de los mejores crus Chardonnay de la Côte des Blancs: Avize, Cramant, Mesnil sur Oger, Oger...

Fiel al estilo de la Maison, el coupage de Blanc de Blancs Vintage es muy discreto. El licor de expedición hábilmente elaborado por el Maestro Bodeguero así como la crianza de más de un año posterior al degüelle le otorgan su madurez y riqueza.

La plena expresión de Chardonnay recuerda el estilo refinado y audaz de la Maison.
El frescor exótico y cítrico coronado por un toque de melocotón blanco y seguido de notas más sedosas y ligeramente tostadas, aportan un equilibrio rico y complejo, respetando una fidelidad infalible a la mineralidad del terroir.
Esta cuvée armoniosa de Grandes Chardonnays, una sinfonía de pureza, alcanza la plenitud, la firma de un gran champán.

NOTAS DE CATA

COLOR : claro y sedoso, un legado de Chardonnay que revela una rara frescura y generosidad. Dotado de un resplandor inimitable, un cordón persistente con delicadas burbujas acompañadas de reflejos dorados cristalinos,

NARIZ: revela aromas de frutas exóticas, coronados con notas de melocotón blanco, seguidas de notas tostadas con toques de brioche.

BOCA: Un ataque preciso y limpio, con una marcada dulzura mineral para un final ligeramente cítrico y especiado. La mineralidad, la tiza y un ligero toque de ceniza nos trasladan al terruño de estos Grands Crus. La armonía general de Blanc de Blancs Vintage es muy buena, es un vino gastronómico, un champagne para compartir.

Maridaje de Comidas & Vino : este gran vino de champán sublima todos los momentos de la gran gastronomía y realzará los sabores de los platos más refinados para lograr maridajes de sabores poderosos en un suntuoso equilibrio. Acompaña a la perfección un carpaccio de bogavante marinado en caviar de limón, un filete de rodaballo escalfado en caldo de carne y verduras trufadas o incluso un tartar de gambas con cítricos. Para potenciar su frescura y mineralidad, acompaña a la perfección una suprema de risotto de ave y foie gras o un medallón de ternera con setas.
De postre, un parfait helado con almendras amargas, un coulis de fresa y tuile de pistacho.